.-José Antonio Griñan, presidente de la Junta de Andalucía, no ha recibido a una representación del Ayuntamiento de Écija compuesta por el alcalde, Ricardo Gil-Toresano, y el delegado de Economía y Hacienda, Rafael Serrano, quienes pretendían ser atendidos por el máximo mandatario del gobierno autónomo para volver solicitar -en esta ocasión en persona- que se cumpla el compromiso del gobierno autonómico de hacer frente a parte de los gastos extraordinarios a consecuencia de las inundaciones.
Los representantes astigitanos, que llegaban a la sede presidencial a primera hora de la mañana, han vista frustrada su intención de reunirse con Griñan al ser atendidos por su secretaria indicándoles esta que el presidente “no es la persona adecuada para tratar estos asuntos”, por lo que han sido remitidos a dos funcionarios de Relaciones Institucionales.
En la reunión con los empleados públicos se les ha vuelto ha hacer llegar las peticiones que se realizan desde el consistorio astigitano, tanto la relacionada al compromiso de la Junta de Andalucía de hacer frente a parte de los gastos extraordinarios provocados por las inundaciones y que salieron en un principio de las arcas municipales, así como el proyecto de dragado del río a su paso por la ciudad que supondría garantizar la reducción del peligro de anegaciones tanto en el casco urbano como en la pedanía de Isla del Vicario, proyecto para lo que se necesita financiación.
Los funcionarios han tomado buena nota de la petición de los responsables municipales -3,5 millones de euros y el dragado del río-, aunque desde el ayuntamiento no tienen muchas esperanzas de que sean atendidas, por lo que ya se están barajando algunas acciones reivindicativas como el corte de la A-4 a su paso por Écija, como ya ha adelantado EcijaWeb.com.
“no nos han dejado pasar ni el escáner”
Por otro lado la representación del Ayuntamiento de Écija que se ha desplazado hasta Sevilla ha lamentado como han sido atendidos desde su llegada a la sede presidencial “no nos han dejado pasar ni el escáner” destaca Rafael Serrano, quien también critica el lugar donde se han visto obligados a llevar a cabo la reunión con los funcionarios públicos “una habitación de mala muerte en la que me daría vergüenza recibir allí a alguien”.