Con un presupuestos de unos 25.000 euros, el pleno de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Écija ha aprobado por unanimidad un proyecto para la consolidación y apeo del Mirador de Peñaflor. Esta obra no supone la rehabilitación del edificio, pero es un paso necesario para encarar nuevas fases en la recuperación del inmueble con el objetivo de darle un uso.
De momento las obras van a suponer la retirada de elementos que puedan ser peligrosos, tanto la ciudadanía como para el edificio y su futura rehabilitación. De este modo se llevarán a cabo actuaciones de consolidación tanto exterior como en el interior del inmueble.
Los trabajos podrán comenzar una vez finalizadas las fiestas navideñas, antes la adjudicación deberá de pasar por Junta de Gobierno. Una vez finalizados los trabajos, el Gobierno local ha avanzado que ya se están estudiando distintas opciones de ayudas para comenzar con la rehabilitación del mirador y su posterior puesta en valor «se podría hacer con algunos planes de empleo», desataba el delegado de Gestión del Espacio Urbano, Sergio Gómez, quien añadía que de este modo el uso futuro está definido «hay muchas lineas de subvenciones, pero siempre el inmueble de estar afecto a un servicio público».
El diseño del mirador, con pocas estancias en las plantas altas, limita su uso, de modo que entre las opciones que barajan, tal y como ha adelantado el responsable municipal, está la de dedicar la planta baja a servicio público y las superiores darles el uso para el que se edificó, como mirador “es muy complejo de dotarlo de un servicio público”
El Mirador de Peñaflor es de titularidad municipal gracias a una permuta que se llevó a cabo con la Fundación Peñaflor por terrenos adyacentes a las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, esto se produjo en 2004. Solo un año después, informes técnicos recomendaron el desalojo y la consolidación del edificio. En 2013 un nuevo informe técnico agravaba la situación del inmueble y mantiene las recomendaciones, al igual que el último informe realizado en julio de 2016, tras el cual se iniciaba la redacción del expediente de ruina física de este edificio del siglo XVI y que se encuentra en la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra desde 2014. Desde febrero de 2017 el perímetro se encuentra acotado.