Un total de siete centros sanitarios y unidades de gestión clínica de la provincia, entre ellos el Hospital de Alta Resolución de Écija, han sido reconocidos con el distintivo ‘Centro contra el dolor’, que ha entregado en Córdoba el consejero de salud, Aquilino Alonso, a un total de 63 centros sanitarios y unidades de gestión clínica de Andalucía, comunidad autónoma que se convierte así en «la primera en reconocer a los centros sanitarios y a los profesionales que están comprometidos con el abordaje del dolor».
En un comunicado, la Junta ha informado de que los centros sevillanos que han recibido este distintivo han sido, en la modalidad de ‘dolor perioperatorio’, la unidad de gestión clínica de Anestesiología y Reanimación del Área de Gestión Sanitaria Sur, el Hospital Virgen del Rocío, así como los Hospitales de Alta Resolución de Utrera y de Écija; en la modalidad de ‘dolor crónico’, el centro de salud de Los Palacios ‘Nuestra Señora de las Nieves’ y el de Camas; y en la modalidad ‘dolor en urgencias-emergencias’, la unidad de gestión clínica Alcosa del Distrito Sevilla.
El consejero ha concretado que estos galardones se enmarcan en el Plan Andaluz de Atención a las personas con Dolor de la Consejería de Salud y suponen «un reconocimiento explícito en el conjunto del Sistema Nacional de Salud y en los sistemas sanitarios europeos a la buena gestión y el abordaje integral del dolor en los centros asistenciales», además de recordar que Andalucía es la comunidad autónoma que cuenta con un mayor número de Unidades del Dolor, 18 en total.
De los 63 centros que han obtenido el distintivo, 34 pertenecen al nivel de atención primaria, 21 de atención hospitalaria y los ocho servicios provinciales del 061. Por provincias, Jaén cuenta con 17 distinciones ‘Centros contra el dolor’, Almería con 16; Cádiz, Córdoba, Granada y Málaga con cinco cada una, Huelva con tres, y Sevilla con siete.
Además, en la actualidad, esta iniciativa gestionada por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía cuenta con un total de 776 proyectos de centros y unidades de gestión clínica de todos los niveles asistenciales, 627 iniciativas se encuentran en fase de autoevaluación y 86 en fase de evaluación.
La evaluación la desarrolla un equipo de 29 evaluadores externos expertos en dolor –médicos de familia, enfermeras o anestesistas– que revisan la información aportada y el grado de cumplimiento de las recomendaciones.
Asimismo, ha destacado que la gran mayoría, 658 propuestas, pertenecen al Sistema Sanitario Público de Andalucía, mientras que los 118 proyectos restantes se distribuyen en 28 proyectos de centros del Sistema Nacional de Salud y 90 procedentes de otros países, entre los que se encuentra Perú, Argentina, Colombia, Uruguay, Chile, México, Cuba, Brasil, Portugal, Panamá y Costa Rica.
Distintivo “Centros contra el dolor”
El distintivo ‘Centros contra el dolor’ comenzó a definirse, según la Junta, por el Plan Andaluz de Atención a las personas con Dolor y la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía en 2011, como un conjunto de estándares de buenas prácticas en la atención del paciente con dolor, que permite a centros sanitarios y unidades contar con unos criterios de calidad con los que guiar y mejorar su atención sanitaria.
Los distintivos tienen cuatro modalidades: dolor crónico, dolor en situaciones de urgencia y emergencias, dolor asociado a procedimientos y dolor perioperatorio. Para cada modalidad se ofrece a los centros en torno a 60 recomendaciones elaboradas por un comité técnico asesor sobre la información que se da al paciente sobre el abordaje del dolor, la formación de los profesionales, la evaluación sistemática del dolor, el tratamiento del dolor en el proceso asistencial, el seguimiento del paciente, y estructura organizativa que mejor apoya la atención al dolor.
Hay que especificar que de los distintivos otorgados, 32 han sido para la modalidad de dolor crónico, 18 para la de dolor en situaciones de urgencia y emergencia, 12 para el dolor perioperatorio, y 1 para dolor asociado a procedimientos.
Plan andaluz de atención al dolor
El consejero de Salud ha recordado que la comunidad andaluza «fue también la primera en diseñar y aprobar un Plan Andaluz de Atención a las personas con dolor», lo que constituye «una muestra de la apuesta que Andalucía ha hecho por el alivio del dolor, un derecho humano reconocido por la Organización Mundial de la Salud y recogido en el Estatuto de Autonomía, y un valor ético irrenunciable del sistema sanitario público andaluz».
El Plan Andaluz de Atención a las personas con dolor es una herramienta, que fue elaborada por los propios profesionales sanitarios del sistema sanitario público, para ofrecer una respuesta integral a un problema muy frecuente en la población, ya que una de cada seis personas presenta dolor crónico.
A través de esta herramienta, se trabaja de forma proactiva e integrada, articulando acciones de prevención y detección precoz así como de tratamiento sobre la base de la evidencia científica.
Esta estrategia presta especial atención a las poblaciones vulnerables, como son la población infantil, las personas mayores, las personas con problemas de salud mental y las personas discapacitadas.
Más avances
Durante el acto de entrega de distintivos, el titular de Salud ha destacado otros logros que se han producido en el ámbito del tratamiento del dolor como la disponibilidad de procesos asistenciales integrados, guías de práctica clínica e itinerarios formativos específicos, todos los cuales han posibilitado un importante avance en la capacitación de profesionales, con un enfoque multidisciplinar, que combina atención médica, farmacológica, enfermera, social y, en caso necesario, fisioterápica o psicológica.
En esta materia, también ha resaltado la participación de 2.000 profesionales en la primera edición de formación en ‘Atención integral a los pacientes con dolor en la práctica clínica’.
Por último, entre las líneas de trabajo futuras, Aquilino Alonso se ha referido a la elaboración del Plan Integral de enfermedades reumáticas y musculo-esqueléticas, una nueva herramienta que pretende abordar la causa más frecuente de dolor no oncológico en nuestra sociedad, un tipo de dolor que tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas afectadas, en su productividad –responsables del 40 por ciento de absentismo laboral– y en la presión sobre los servicios sanitarios.