Cientos de ecijanos cumplen con la tradición del Día de todos los Santos, asistir al cementerio de la ciudad y recordar a sus familiares y amigos fallecidos. No solos los residentes en la ciudad acuden al camposanto ya que esta fecha también es aprovechada por los ecijanos o familiares que residen en otras ciudades, para acercarse a la ciudad con motivo de esta celebración.
Durante la última semana el cementerio de la localidad ha registrado un considerable aumento de visitas con respecto al resto del año, son los familiares que aprovechan los días previos para la limpieza y en algunos casos, la rehabilitación de los panteones y nichos.
Para facilitar la asistencia de los familiares, la dirección del camposanto ha establecido un horario continuado de apertura que va desde las 9.00h a las 19.00h, este horario no se mantendrá el día 2 de noviembre, Día de los Difuntos, ya que ese día se retomará el horario habitual de 9.00h a 13.00h y de 16.00h a 18.00h. Tanto el día 1 como el día 2 de noviembre, se celebrarán misas en la capilla del cementerio, estas se desarrollarán a las 17.00h el sábado y a las 11.00h el domingo.
Con motivo de la celebración del Día de todos los Santos, y en previsión de una importante afluencia de visitantes al cementerio y con ello el incremento de vehículos que hasta allí se acerquen, se ha establecido como todos los años, un dispositivo de seguridad que será el encargado de regular el trafico.
También es tradicional llevar flores a los difuntos, es por lo que los floristas españoles consiguen durante estos días un 25 por ciento de sus ingresos, aunque ya se prevé que la situación económica también afecte a este sector. La flores más populares son los crisantemos, claveles o margaritas.
Datos históricos.
La tradición religiosa de esta festividad se remonta al 980, momento en el que instaurado por primera vez día para la orar a los fallecidos, esta iniciativa fue promulgada por el abad francés San Odilón, aunque se cree que una practica similar ya era practicada por los pueblos celtas, aunque en este caso eran los ritos paganos los encargados de honrar a los muertos.