Seguro que alguna vez te has enfrentado al misterioso cubo de Rubik con la sensación de encontrarte ante un laberinto de colores impenetrable. Si eres uno de esos valientes que ha intentado en más de una ocasión descifrar sus secretos sin éxito, tenemos buenas noticias para ti; el cubo de Rubik cumple 50 años y ¡no hay mejor momento que este para aprender a resolverlo!.
Conozcamos nuestro reto
El cubo de Rubik es un hexaedro en el que cada una de sus 6 caras tiene un color color diferente. Sus piezas pueden ser:
- Centros: como puedes imaginar, están justo en medio la cara y son de un único color. Nunca cambian de posición y hay 6 en total.
- Esquinas: cada una de estas piezas cuenta con tres colores distintos y hay 8 en todo el cubo.
- Aristas: son las piezas situadas entre las esquinas. Encontraremos 12 aristas y las distinguiremos porque cada una de ellas cuenta con dos colores diferentes.
Ya sabemos que, para conseguir nuestro objetivo, ¡tendremos que ordenar 26 piezas en total!.
Antes de que cunda el pánico, pensemos en positivo; donde va una arista nunca podrá ir una esquina, ni encontrarás una esquina que ocupe la posición de centro. Es decir, hay cierto orden dentro de ese aparente caos.
Aprende a hacer el cubo de Rubik con el método para principiantes
Antes de ponernos manos a la obra, Ludokubo, una tienda con años de experiencia en el sector, quiere darte dos consejos: ten paciencia y procura consolidar los conocimientos de los pasos iniciales antes de avanzar a la siguiente fase.
1 – Primera capa del cubo
Empezaremos resolviendo las aristas blancas. No hay ningún motivo que te obligue a empezar con ese color, pero la mayoría de los tutoriales empiezan por él.
En estos primeros pasos la intuición será tu mayor aliada. Deja la cara con el centro blanco siempre hacia arriba y ve moviendo las aristas blancas para aprender cómo se comportan. Fíjate qué ocurre según la posición de la parte blanca de arista.
Ten en cuenta que las piezas centrales son fijas y determinan el color de cada cara, por lo que debemos resolver las aristas blancas prestando atención a los colores de los centros. La idea es conseguir lo que se muestra en la imagen de abajo:
1.2 – Completar la cara blanca
Ha llegado el momento de aprender la notación básica del cubo de Rubik. Se trata de unas letras que serán nuestra guía para definir las rotaciones posibles en el cubo.
- F: Front – Frontal
- U: Up – Superior
- D: Down – Inferior
- R: Right – Derecha
- L: Left – Izquierda
- B: Back – Posterior
.- Cuando encuentres la letra (sin más) se refiere a una rotación de la cara en el sentido de las agujas del reloj en 90 grados.
.- Cuando encuentres la letra seguida de un apóstrofe, (F’, U’, D’, R’, L’, B’) significa girar esa cara 90 grados en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Para que los consejos que vienen a continuación te puedan ayudar recuerda que, hasta que indiquemos lo contrario, debes sujetar el cubo dejando la cara blanca en la parte superior y la cara amarilla en la inferior. Estos son los posibles casos que nos podemos encontrar:
1. Una esquina en la capa inferior con el color blanco hacia nosotros: la colocamos debajo de la posición deseada y ejecutamos estos cuatro pasos: D’ R’ D R
2. El color blanco está hacia abajo: colocamos la esquina debajo de la posición deseada y repetimos tres veces el algoritmo aprendido anteriormente, es decir, D’ R’ D R (x3).
3. La esquina está colocada en el lugar en el que debería ir pero se encuentra mal orientada. Aplicamos el mismo algoritmo utilizado en los casos anteriores:
- Si la parte blanca de la esquina está hacia nosotros: D’ R’ D R(x2)
- Si a parte blanca de la esquina está a la derecha: D’ R’ D R(x4)
4. Una esquina en la capa inferior con el color blanco a nuestra derecha. Aquí la secuencia de movimientos es incluso más corta: R’ D’ R
2 – Progresando hacia la capa central del cubo
Con la primera capa resuelta, es hora de colocar las aristas para completar la capa central del cubo. Este proceso implica seleccionar y colocar aristas, asegurándonos de que coincidan con el color del centro correspondiente.
Ahora sujetamos el cubo poniendo la capa blanca en la parte inferior y buscamos una arista en la capa superior que pertenezca a la capa central (es decir, que no tenga ningún lado amarillo).
Alinea una fila vertical de color utilizando la arista que estás resolviendo. Para ello, gira libremente la capa superior haciendo que esta fila mire hacia ti.
- Si queremos colocar esa arista de la capa central a nuestra derecha, emplea este algoritmo: U R U’ R’ U’ F’ U F
- Si queremos colocar esa arista de la capa central a nuestra izquierda, emplea este algoritmo: U’ L’ U L U F U’ F
También puede darse que una arista esté en su localización correcta pero mal orientada. En este caso, debemos sacar esa pieza a la capa superior utilizando uno de los algoritmos previamente explicados. Esto nos permitirá colocarla nuevamente en su posición correcta siguiendo el algoritmo adecuado según uno de los dos casos anteriores.
3 – ¡A por la la última capa del cubo!
¡Ya casi estamos!. Aunque tenemos que reconocer que esta es la capa más complicada y el punto en el que muchos aspirantes a resolver el cubo de Rubik suelen rendirse. Pero sabemos que tú no eres de ese tipo, ¿verdad?. Así que, ¡ánimo!.
Aquí tienes la hoja de ruta de los pasos que seguiremos:
- Formar la cruz amarilla.
- Orientar la cruz.
- Situar las esquinas en sus posiciones.
- Orientar las esquinas.
3.1 – Formar la cruz amarilla
Nuestro objetivo es formar una cruz de la cara amarilla aunque para ello ignoremos inicialmente los colores de las esquinas. Ya nos encargaremos de ellas en los pasos siguientes.
El cubo estará en uno de estos 4 estados:
- Dos aristas amarillas (en la cara amarilla) directamente opuestas entre sí, formando una linea que colocaremos de forma horizontal a nosotros. Usamos este algoritmo: F R U R’ U’ F’
- Dos piezas amarillas adyacentes entre sí en forma de L que dejaremos en el fondo y en la izquierda: F R U R’ U’ F’ (x2)
- Ninguna arista amarilla en su cara, solo tenemos el centro amarillo. Aplicamos: F R U R’ U’ F’- U2 – F R U R’U’F’(x2)
- Y… ¡sorpresa!. ¡Ya está hecha!. Si has tenido suerte y te has encontrado que la cruz amarilla ya está formada, no tienes que hacer nada y puedes ir al siguiente paso.
3.2 – Orientar la cruz
Nos podemos encontrar dos posibles escenarios:
1º.- Localiza dos aristas adyacentes cuyos colores laterales coincidan con los colores de los centros. Una vez que las identifiquemos, nos aseguraremos de que las aristas bien colocadas queden en la parte trasera y a la izquierda. Una vez en esta disposición, aplicaremos el siguiente algoritmo. U R U R’ U R U U R’
2º.- Encontramos dos aristas bien colocadas, pero esta vez estarán una frente a la otra. Aplicamos el algoritmo anterior dos veces U R U R’ U R U U R’ (x2).
3.3 – Situando las esquinas en sus posiciones
El objetivo ahora es mover las 4 últimas esquinas de forma que estén en el lugar correcto del cubo 3×3, aunque no queden necesariamente orientadas de forma correcta.
Primero, comprueba si alguna de las esquinas ya está en el lugar correcto y si es así, sujeta el cubo de manera que la esquina correcta quede a nuestra derecha. Aplica U R U’ L’ U R’ U’ L. Es posible que necesitemos ejecutarlo una o dos veces. Para ello, verifica si todas las esquinas están en su lugar correcto y, en caso afirmativo, pasa al siguiente paso; en caso contrario, repite el algoritmo.
Si ninguna de las esquinas se encuentra en su posición correcta, ejecutaremos el algoritmo una vez. Esto garantizará que al menos una esquina quede en su lugar correcto, lo que nos permitirá proceder según lo explicado en el paso anterior.
También puede ocurrir que desde un primer momento todas las esquinas estén ya en el lugar correcto. En ese caso estás de enhorabuena, ¡ve al paso siguiente!.
3.4 – Orientar las esquinas
Este es el momento más delicado de todo el proceso, así que ve con cuidado para no echar por tierra todo lo conseguido. ¡Nunca habías estado tan cerca de hacer el cubo de Rubik!.
Coloca una esquina mal posicionada a tu derecha y realiza esta secuencia R’ D’ R D hasta que el color amarillo quede en la parte superior. Una vez completada esta tarea, gira la capa superior para situar otra esquina mal orientada a tu derecha y repite el proceso.
No te alarmes si parece que estás rompiendo todo que lo llevas; cuando finalices el proceso, ¡el cubo estará completamente resuelto!.