Un análisis de juego es lo que hay que hacer tras el paso del Cádiz C.F. por el Estadio Municipal San Pablo, y tras ver como el equipo amarillo endosaba seis al conjunto que entrena José Ángel Garrido.
El análisis debe de ser exhaustivo porque después de cuatro jornadas aún no se conoce la victoria; porque recibe en casa –de mejor equipo sin duda de la categoría- media docena de goles, cinco de ellos en la segunda mitad, y porque de seguir así la suerte deberá de hacer horas extras para impedir que el Écija deje de ser el más veterano en la categoría.
El partido comenzó bien para los de Garrido. Cuando se había jugado un cuarto de hora el marcador ya recogía una ventaja local, pero la que sin duda sería la jugada que marcaría el resto del choque –y alguna decisión técnica- llegaría apenas quince minutos después, cuando Javi López es expulsado por hacer falta en el área, algo que es pitado como penalti y que sirve al Cádiz para poner el empate a uno con el que se marcharían los equipos al vestuario. En esta ocasión no pudo ser, y Sergio Sanz no consiguió detener la pena máxima.
En la segunda parte, y con inferioridad numérica, el conjunto amarillo salio a por el partido y los sentenció en el minuto 55 y 57 respectivamente, con goles de Kike López y Villar. Lo demás llegó como añadido. El Écija apenas contó con un acercamiento a la portería rival, y el Cádiz cada vez que pasaba del centro del campo hacía peligro, el cual convirtió en goles en el 79, 84 y 89, en total seis, que le proporcionan el liderato el equipo de Raúl Agné, y llevan al Écija a la penúltima posición de la tabla. Con este resultado, evidentemente la tarde no ha estado para celebraciones en la feria.
