Las compras ‘online’ son una modalidad de consumo completamente asentada y asimilada por las personas consumidoras y usuarias en nuestro país, y en un mercado digital globalizado como el actual, las adquisiciones a distancia no pocas veces trascienden de las fronteras nacionales, e incluso de la UE. En líneas generales, las compras que se realizan a través de internet conllevan una serie de garantías y derechos adicionales para la persona consumidora y usuaria, tales como el desistimiento de la adquisición efectuada o el régimen de garantías.
En este sentido, Consumo Responde advierte que existen una serie de riesgos que comprometen los derechos que amparan a las personas consumidoras y usuarias si se efectúa la compra en webs que están radicadas en el extranjero (fuera de la UE).
El motivo de esta gran diferenciación de protección radica en la normativa que rige una y otra operación, de modo que una persona consumidora que haya adquirido un producto o servicio en una web radicada en España o en cualquier otro país de la Unión Europea, estará protegida por la normativa europea, nacional o de la comunidad autónoma que sea de aplicación.
Las compras por internet se realiza en estos casos bajo el paraguas del derecho comunitario, que implica derechos como: el desistimiento, que permite, con carácter general, devolver los artículos comprados en un plazo de 14 días a partir de la recepción del producto, sin tener que dar ninguna explicación y sin penalización; un plazo de entrega de los bienes adquiridos de 30 días como máximo; el sistema de reclamación; o el sistema de garantía –3 años para productos nuevos y 2 en los contenidos o servicios digitales, y no inferior a 1 año para los productos de segunda mano–.
En cambio, para las compras online que se hayan realizado a través de empresas de fuera de la UE –o terceros países que no comercializan directamente en España– se aplicará la normativa del país donde esa empresa se encuentre domiciliada, lo que puede significar grandes desventajas en derechos como persona consumidora y usuaria.
Además, hay que tener en cuenta que desde el 1 de julio de 2021, independientemente del valor de las mercancías adquiridas, si la persona consumidora reside en la Unión Europea, deberá abonar el correspondiente IVA en concepto de las compras efectuadas en páginas de empresas ubicadas fuera de la Unión Europea. A ello, podrían sumarse las tasas de aduanas y/o de importación que pudieran aplicarse (en función del destino, el tipo de artículo, el valor y el peso del paquete) si la política de aduanas de la empresa vendedora así lo contempla.
¿Qué hacer a realizar compras por internet en una web domiciliada fuera de la UE? La persona consumidora deberá informarse muy detalladamente sobre las condiciones generales de la web; la existencia del derecho a devolución; los plazos de entrega; los métodos de pago aceptados; y los sistemas de reclamación. Es importante asegurarse de que se trata de una tienda online fiable, que exista una información completa y transparente de la empresa (razón social, dominio, nombre de la empresa, datos de contacto, NIF, etc.), una política de tratamiento de datos personales (privacidad), que trabajen bajo servidores seguros (https con un candado cerrado).
Por otro lado, se aconseja, en relación con las formas de pago, que se utilicen métodos seguros como la utilización de plataformas de pago como PayPal, pagos a través de móvil que cuenten con tecnología NFC (Near Field Communication), tarjetas de prepago o tarjetas monedero, desaconsejándose la utilización de formas de pago menos seguras como tarjetas de crédito o débito, o las transferencias bancarias. En Consumo Responde puede consultar los diferentes aspectos que hacen fiable a una página web.
En este apartado, las personas consumidoras y usuarias deben desconfiar de las tiendas que soliciten pagos por transferencias anónimas a través de plataformas como por ejemplo Western Union o Money Gram; transferencias al extranjero; o pagos de manera externa a la propia plataforma donde se está operando.