Desde 2014 el Mirador de los Marqueses de Peñaflor, un edificio de titularidad municipal en pleno centro de la ciudad, está incluido en la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra. Ha pasado un año y medio desde que aparece en el listado -fue incluido en septiembre de 2014- y la asociación Amigos de Écija quiere recordar que este singular edificio continúa deteriorándose.
Este año se cumple una década desde que la titularidad del edificio es municipal tras la permuta que se llevó a cabo con la Fundación de los Marqueses de Peñaflor por terrenos adyacentes a las Escuelas Profesionales Sagrada Familia (SAFA).
Durante este tiempo las únicas actuaciones que se han llevado a cabo en el edificio han consistido en la retirada en 2012 de cinco estatuas que lo coronaban, así como la instalación de una red protectora por evitar accidentes por desprendimientos en gran parte de la fachada.
La Lista Roja califica el estado del Mirador de los Marqueses de Peñaflor como «deterioro progresivo» y la asociación Amigos de Écija, que remitió el expediente a Hispania Nostra, vuelve a alertar sobre la situación de este edificio del siglo XVIII de cuatro plantas que se localiza en la Plaza de España «El Salón» esquina con Mas y Prat.
Descripción del edificio que recoge la Lista Roja
Este edificio, del siglo XVIII, es de poco fondo pero de gran desarrollo en la fachada como corresponde a su finalidad. En 1761 fue objeto de una importante remodelación que responde a los conceptos de uniformidad, unidad y grandiosidad. Intervinieron los mejores artífices de Écija de la época. Consta de cuatro plantas y fachada que estuvo policromada en vivos colores. La planta basa se compone de soportales y las plantas superiores, guarnecidas de guardapolvos en los que se conservan restos de pinturas murales, como era habitual en el gran siglo ecijano, estaban dotadas de galerías abiertas. En la parte superior, un antepecho que se eleva en el centro para sostener el escudo de los marqueses de Peñaflor que, en origen estuvo policromado. Coronan el edificio cinco estatuas. Dos de ellas, bustos representando caballeros con tocados orientales y cadenas sobre sus hombros, se disponen a derecha e izquierda del escudo de armas, representando la Virtud y la Razón. Otras dos, figuras femeninas de cuerpo entero manteniendo sendos cantaros que vierten, representan la alegoría de la Abundancia. La estatua central, otra figura femenina con los brazos en las caderas, representa también a la Abundancia. Fueron obra de Juan Antonio Blanco, maestro cantero de Estepa. Originalmente estaban doradas. El marqués invirtió en este edificio más de 40.000 reales.