En este Año Santo Jubilar Mariano, concedido por el Papa Francisco a la Ciudad de Écija por su IV Centenario del Voto Concepcionista, se planteó una Salida Extraordinaria de todas las Vírgenes. Hace un tiempo, cuando el Consejo General de Hermandades planteó la Magna Mariana, creo que nadie pensó que tendría esta repercusión.
Poco a poco daban forma a este acto tan importante, hay que agradecer el gran esfuerzo de meses de trabajo del Consejo de Hermandades con la organización, del Ayuntamiento con la seguridad y la publicidad, de los Cuerpos de Seguridad, y una mención muy especial a las Hermandades, que hacen todo por sus Titulares, poniendo su corazón en cada detalle.
Nadie quería perderse las mecidas, los pasos picaos, el sonido armonioso de cada Banda de música, la mirada de nuestra Madre al cielo, la noche iluminada con velas y el olor a incienso.
Hay que decir que hubo críticas, sí, sobre todo por las sillas y por las mamparas que instalaron en el Salón. En relación a las sillas el beneficio se destinará íntegramente al Economato Social de la Hermandad Virgen del Valle, un acto que honra al Consejo de Hermandades. En cuanto a las mamparas que se instalaron, se demostró que era por seguridad y no “para tapar la vista”.
Écija se preparaba, hoteles con todas las habitaciones reservadas, comerciantes con una buena sensación para estos días y bares poniéndose a punto para esperar a sus clientes.
Llegó el día, una lástima que el tiempo a lo largo de la mañana no acompañase, aun así todas las Iglesias estaban abiertas y con mucho movimiento, los bares estaban llenos y en las calles había más personas que charcos en su acera.
Todo estaba preparado pero hubo un momento de incertidumbre por la lluvia, “salimos o no salimos”. Al final se decidió lo mejor para Écija, “seguimos adelante y que sea lo que Dios quiera”. La Virgen del Valle, como buena anfitriona, presidió el acto, mirando a los ojos a cada una de ellas. Todas diferentes pero todas con algo en común, ser la Madre de Dios. Qué bonita estampa ver a cada una de ellas mecerse con mucho temple y respeto al acercarse a nuestra Patrona.
Écija es Cofrade, y lo digo porque he calculado una media de personas que en cada Hermandad realizaron su Estación Extraordinaria, creo que es interesante saber estos datos y más para aquellos ecijanos que no ven importante nuestra Semana Santa.
Por cada Hermandad: treinta y cinco costaleros, cinco en Presidencia, cinco mantillas, veinte cirios, seis ciriales, un pertiguero, cuatro monaguillos, un Diputado de Salida, un Estandarte, dos faros, dos capataces, dos contraguías y sesenta músicos. Un total de ciento cuarenta y cuatro personas.
Total en las diecisiete Hermandades: dos mil cuatrocientas cuarenta y ocho personas (2.448 personas).
Estas cifras reflejan que Écija es Cofrade, que su corazón acompañó a cada una de sus Vírgenes, en cada chicotá y en cada levantá, por sus calles con encanto y que los ecijanos se vuelcan con sus Hermandades, por muchos inconvenientes que pudieran ocurrir.
Fue un gran día, tuve la suerte de ser los pies de la Virgen de la Piedad y no pude ver la gente que había en las calles pero por lo que he podido observar, en redes sociales y periódicos, hemos aprobado con buena nota y digo HEMOS porque a todos nos interesa que Écija sea conocida, que sus hoteles y sus bares tengan buenas ganancias, que los comerciantes tiren para adelante en esta mala época y que los empresarios vean en Écija una buena oportunidad para instalarse, independientemente de las creencias que tengamos cada uno.
Pero hay que tener claro una cosa, Écija tiene muchos más atractivos turísticos, no necesitaba la Magna Mariana para ser conocida. Hay ocasiones que por su cercanía y accesibilidad no apreciamos el valor real de nuestra magnífica gastronomía, nuestro Patrimonio impresionante, nuestras callejuelas con arte, la cuna del toreo y el flamenco…
La Magna Mariana ha sembrado una semilla turística y cultural, una semilla que Dios quiera que en estos años florezca en beneficio de Écija y de sus ecijanos.