Ha pasado una semana y ya podemos hacer un balance de este carnaval. Sin duda queda mucho que trabajar para llegar a esa década de los 90 donde la ilusión palpitaba en las calles y grupos de amigos organizaban chirigotas para hacer reír a sus vecinos. Poco a poco, con la ayuda de la nueva cantera como Alcántara, Chila, Rivero, Paco Pepe están volviendo a ilusionar y están recuperando nuestro carnaval de antaño.
Ese Teatro Cabrera; esos “Azulejos”; “el Peñascazo”; el Certamen de la Reina de Carnaval; personajes como “Milachi”, Paco Díaz, Fernando Luna y Rafael Armenta; o la parte más importante de esa época, las chirigotas infantiles de todos los colegios donde disfrutaban los más jóvenes.
En ese tiempo todo el mundo se disfrazaba para pasarlo bien rodeado de toda la familia y en un desfile con picaresca donde bailaban y cantaban, como también todas las agrupaciones visitaban cada barrio con sus cantes y sus alegrías.
El problema, desde mi punto de vista, apareció cuando se creó un concurso de chirigotas con un premio económico donde grupos importantes de Cádiz y otras localidades venían. Se perdió la ilusión y tampoco se hizo nada para que no se perdiera esta tradición.
Puedo decir que este año me ha sorprendido y me he sentido carnavalero, diez grupos amenizaron dos días maravillosos en el Teatro Sanjuan.
Un cuarteto con ese humor que le caracteriza, aunque sin la presencia de Alcántara. Ocho chirigotas con arte, mucho arte, donde transmitían mensajes tan importantes como la pura realidad del maltrato (“Los Veleta”) o que todo no es el disfraz y que unas voces con sentimientos perduran en el pensamiento (“los comecocos”), como tampoco podemos olvidar el chino con su corte de manga (“los informales”) o la cruda realidad de esos estudiantes que por mucho que estudien y hagan oposiciones la vida laboral es muy complicada (“chirigota nativa en Écija echando barriga”). También cabe destacar que de esas ocho chirigotas había un grupo femenino, algo que no se veía desde hacía tiempo; como también se pudo contemplar una comparsa, y vaya comparsa, los “artistas de colores” que por sus voces salía un arco iris.
Realmente pienso que ha renacido nuestro carnaval y lo digo por varios motivos: primero por un teatro lleno escuchando a unos grupos ecijanos con mucho carisma, segundo por las constantes actuaciones en los barrios y bares de esos mismos grupos que desinteresadamente trabajan a lo largo de todo el año para esa semana especial, y por último ilusionando a los jóvenes con un desfile alegre y con buen rollo.
¿Qué murga me ha gustado más? “Vaya compromiso” decir mi preferido, es complicado porque soy “informal” y aunque sea “bohemio” no me gusta “comerme el coco” ante esta tesitura y mejor ser un poco “veleta” “echando barriga” en “cañato”, llamando a esos “tunos muertos” en un “sábado de pasión” cuando el capataz con su voz valiente diga: “ahí queó mi arma”.
Como dice nuestro cartel de carnaval del autor Nío Gómez: “Civitis Festum Vocabitur Una”.
Alejandro Álvarez