Dos mil quince, un año muy especial para dos centros escolares de Écija, el Instituto San Fulgencio y el Colegio Sagrada Familia. Este año es el cincuenta aniversario de estos dos centros que han dado tanto por los ecijanos, que han forjado el camino de miles de estudiantes.
No somos conscientes de la importancia de sus esfuerzos y sacrificios, de los cursos impartidos y de los grandes profesionales que en ellos trabajan cada día, por y para sus alumnos.
Para mí la profesión más importante es la que lleva a cabo un médico, que salva vidas; pero después podemos hablar del maestro o profesor, que dibuja un futuro a los alumnos que pasan por sus manos.
Esos maestros que hacen madurar a sus estudiantes, que enseñan y transmiten sus conocimientos, que quieren a su profesión y nunca dan la espalda a sus alumnos. Como sabemos hay de todo, pero el maestro que se desvive por sus estudiantes siempre será querido, pase años y años, siempre habrá una conversación donde será recordado con dulzura, con afecto.
Fui alumno del Colegio SA.FA. y tuve la suerte de coincidir, en los seis años que estuve, con magníficos profesores. Maestros que día a día demostraban su profesionalidad, su cariño.
Seguramente en el Instituto San Fulgencio había y hay trabajadores con el mismo espíritu que los había y hay en el Colegio SA.FA. Seguramente en el San Fulgencio habrá un Ceferino Aguilera, más que un profesor un amigo, que vive por y para sus alumnos, un profesor que es todo corazón y que es querido por todo el mundo. Seguramente habrá un Ángel Buces, gran persona que nos mimaba como a sus propios hijos y que desde el cielo nos está mirando. Seguramente habrá una profesora como Pilar Almonacid, exigente pero que gracias a ella aprendimos mucho de la vida; o un Manuel Moncayo que con su gracia nos animaba el día; o una Mari Paz Martín, que con sus conocimientos y su dulzura nos encandilaba.
Todo colegio tiene el factor humano que necesita para llevar a cabo el proyecto más importante, el de formar personas, independientemente si siguen estudiando o no, si el día de mañana son médicos, albañiles, abogados o fontaneros; por sus manos pasan el futuro de la sociedad.
La educación es fundamental porque a través de ella las nuevas generaciones asimilan los conocimientos, valores, costumbres, las normas de conductas, modos de ser y formas de mirar el mundo de generaciones anteriores. La educación es un derecho de todos, que tiene como objetivo principal la formación integral del ser humano.
Un ser humano que recordará a sus mejores profesores con cariño porque han sido parte de su vida, de sus vivencias, y eso nadie lo podrá borrar.
Desde aquí quiero agradecer a todos esos profesionales que, día a día, hacen posible el funcionamiento de estos centros escolares, sin ustedes nada sería posible.
Gracias por dibujarme tal y como soy, por mi formación pero también por los valores y principios que me inculcasteis.
«Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos.» Carl Gustav Jung
Alejandro Álvarez