A las 23.50h del Viernes Santo fallecía en Sevilla a los 88 años de edad, el Arcipreste Honorario de Écija, Hijo Adoptivo de la ciudad y Prelado de Honor de Su Santidad el Papa, con el reconocimiento de Monseñor, Don Esteban Santos Peña. La capilla ardiente se instalará en el Sagrario de la Iglesia de Santa María.
La jornada de Viernes Santo se ha teñido de luto por el fallecimiento de uno de los hombres que hizo que fuese más grande en Écija. Don Esteba, como se le conocía, fue parte fundamental de la fundación de las hermandades de el Rocío, La Mortaja y Jesús sin Sogas, estas dos últimas procesionan el Viernes Santo, además de ser director espiritual de El Cautivo. De la Mortaja de Écija y Sevilla era el hermano número uno, y dicen sus más allegados que en las primeras horas de su último día de vida, lo primero que preguntó fue si el día acompañaba para la salida de la hermandad.
Natural de Sevilla, fue ordenado sacerdote en 1950 y sus primeros años como párroco los pasó en la vecina localidad de El Rubio. En 1959 llegó a Écija, donde se estableció como párroco de las Iglesias de Santa María y Santa Bárbara.
En sus últimos años ha disfrutado de un retiro entre estanterías repletas de libros del archivo de Santa María, con vistas al patio-museo de la parroquia, el primero de los museos arqueológicos sacros que hubo en la ciudad y cuyo promotor fue él mismo.
En junio de 2011 fue nombrado como Hijo Adoptivo de Écija, ciudad de la que se enamoró y con la que se implicó desde su llegada a ella en 1959.